SUEÑO DE GIGANTES 

03.09.2023

POR ESTELA ANDREU CAMPS

IMAGEN DE MENORCA.INFO
IMAGEN DE MENORCA.INFO
Eran las tres de la madrugada y la ciudad se encontraba en absoluto silencio, preludio del bullicio que se esperaba para los dias venideros. Adelanto de esos días había sído esa marabunta de gentes con camiseta amarilla que todos los años iban por las calles de la ciudad entonando sus cánticos. 

Desde el Ayuntamiento, con el sonido del silencio, los gigantes Tomeu y Guida esperaban a que comenzasen los actos que inundaban año tras año esos días llenos de alegría, amistad y familiaridad, entre muchas cosas. Sobretodo, esos en los que tenían que participar.

-Guida, ¿Estas dormida?-preguntó Tomeu, mientras contemplaba las farolas de la ciudad.

-Tanto a ti como a mi nos fabricaron con los ojos abiertos, así que no preguntes sandeces. Ahora, si la pregunta es si estoy soñando, no. Hace siglos que dejé de hacerlo. O, al menos, no me acuerdo. 

-Pues yo sí estoy siendo fruto de mis ilusiones, ¿sabes? ¿Quieres que te las cuente?

-No tengo otros planes, así que haz lo que quieras.

-Estupendo, pues te cuento y así no me lo guardo para mí. Por cierto, si supiera la gente que podemos hablar...

-Siento fastidiarte, pero eso no sucederá jamás. Solamente hablamos entre gigantes y, entre los humanos, los únicos que nos podrían escuchar son aquellos que tienen un alma y un corazón gigantes, ya me entiendes.

-Ya. Bien vamos a lo mío, que es lo que interesa. Resulta, querida compañera, que me haría mucha ilusión poder vivir las fiestas desde allí abajo. Aunque solo sea una vez. ¿Y a ti? ¿No te apetecería disfrutarlas entre el jaleo de amigos, familias y pandillas? 

Guida no se atrevió a pronunciarse. La confesión de Tomeu la habia dejado acartonada y su memoria, de un plumazo, la llevó al momento que a ella sí le había apetecido gozar de las "Festes de Gracia" Su deseo, a día de hoy aún no sabía cómo, se hizo realidad. Realidad que hizo que, entre muchas cosas, pudiera pasearse entre algunas cenas de barriada, menear el esqueleto en alguna que otra verbena, experimentar las emociones que ese año, desde el campo de la U.D.Mahón, se vivian siempre en el triangular de fútbol que enfrentaba a los equipos de la ciudad. Incluso disfrutó de la feria, jugando a la tómbola y montando en los autos de choque. Hasta pudo aprovechar y darse un paseo por el mercado medieval. 

Todo era muy divertido, aunque había un pero: la soledad. Porque a ella, en las distancias cortas, no la conocía nadie. 

Vio a varias familias, con niños pequeños, dirigiéndose al Ayuntamiento, y supo enseguida que tocaba baile de gigantes. Así que, con paso firme, siguiendo a la banda de música cual flautista de Hamelin, siguió los pasos de esos infantes hasta llegar a la Plaza Constitución. Y, allí estaban, todos en fila, esperando la señal que daría inicio al baile. Se le hizo extraño ver a Tomeu desde abajo. 
De repente, el llanto desconsolado de un niño  hizo que apartara la mirada de su amigo. Miraba a los gigantes, a su madre y preguntaba por Guida. ¿Dónde está Guida, mami? A sus lagrimas, en cuestión de segundos, se añadieron más, y más, y más... Todos los allí presentes no daban crédito. Nadie sabía qué pasaba, ni siquiera los de la colla. Eran ya las 21.15, y el l pregonero y el alcalde aguardaban ser informados por las fuerzas del orden. 

-Sr. Alcalde-el Jefe de la Policía Local se acercó donde se encontraba el edil-, tenemos problemas. Los niños de Mahón dicen que, hasta que Guida no aparezca,  para ellos no habrá pregón que valga. 

Todo se convirtió en un caos. Policía, Protección Civil, Cruz Roja, iban y venían de lado a lado de la plaza. Pero, claro, como nunca se habían encontrado en ese berengenal, no sabían qué hacer. 

Guida oteó a su alrededor y se dio cuenta de lo que de verdad la ilusionaba y la hacia feliz, y lo había tenido delante de sus narices durante todos esos años. 

Y, de un plumazo, estaba en la fila, a la vera de su Tomeu y, al primer toque de tambores, se levantó decidida junto al resto de gigantes de la isla e invitados de otros lugares, bailó como no lo había hecho nunca y, mientras lo hacía, vio que todos los niños y niñas sonreían. Así era la única forma que quería ella vivir las fiestas.

Ahora resultaba que Tomeu quería también vivir su sueño y tenia que evitarlo a toda costa.

-Deja de decir tonterías, Tomeu, eso es imposible. 

-Ya lo sé, no soy tonto. Solamente digo que sería divertido. Buenas noches, querida, mañana nos espera un día gigante.

-Buenas noches a ti también, Tomeu -respondió ella sonriendo.
Había sido más fácil de lo que esperaba. 

FIN.

Esta historia quiere rendir tributo a mi ciudad, que vive sus fiestas patronales  estos días, espero que os haya gustado. A todas las gentes de Mahón y a los que se acercan a esta ciudad hermosa y galante en estos días, ¡felices fiestas! 

Encontraréis más información de estas fiestas patronales en la web del Ayuntamiento de Mahón, www.ajmao.org