FERNANDO PINTO PALACIOS

11.06.2019

MAGISTRADO

AUTOR DE LA NOVELA, "SI NO LEVANTAS LOS OJOS", A LA VENTA EN AMAZON

Para mí ha sido un inmenso placer poder realizar esta entrevista, y es que, cuando dejas de creer en la justicia, aparecen personas como Fernando Pinto Palacios, personas que son capaces de quitarle la venda a Themis y poner la balanza al nivel que corresponde.

Espero que disfrutéis de esta entrevista, tanto como una servidora disfrutó realizándola.



¿Siempre quisiste ser lo que eres y dedicarte a lo que te dedicas?

En efecto. Tengo la suerte de dedicarme a algo que me apasiona. Cuando estudiaba la carrera de Derecho, percibí que el juez es una figura central del Derecho por su función de resolución de conflictos mediante la aplicación de la ley. Gracias a su labor de interpretación, va más allá de lo que es la literalidad de la ley para dar respuesta a los nuevos retos que nos plantean la sociedad.

Dices cuando estudiabas en la universidad, ¿y de niño? No te vino lo típico: quiero ser astronauta, futbolista...

En aquella época estaban de moda las películas de Indiana Jones y todos en la clase queríamos ser arqueólogos. Mi padre es abogado. Mi madre ha sido funcionaria del Ministerio de Justicia. Todas las cuestiones relacionadas con justicia siempre han estado ahí y me llamaban la atención.

¿Es tal cual lo imaginabas?

En su mayor parte, sí. La profesión tiene muchos retos y dificultades, pero, en esencia, es lo que imaginaba cuando estudiaba Derecho. Es decir, ver los problemas que hay en la sociedad y analizarnos con las normas que nos hemos dado. Interpretar las normas, aplicarlas y buscar una solución basada en el Derecho.

¿Con qué jurisdicción te quedas? ¿Tienes alguna predilección?

Tanto civil como penal me gustan mucho. Pero, si tuviera que elegir, escogería penal. Es la parte más patológica del derecho, donde se ven los conflictos más graves del individuo con la sociedad.

Contencioso o social, ¿no?

No, la verdad es que contencioso nunca me gustó ni me atrajo durante los años de la Facultad. En cambio, disfruté el Derecho laboral durante la carrera, aunque, en la actualidad, no me llama ejercer en la jurisdicción social.

Imagino que tendrás muchas anécdotas, ¿alguna que resaltar?

¿Anécdotas relacionadas con el juzgado? Hay muchas historias tras casi una década en los Juzgados. Teníamos una señora que venía mucho al Juzgado porque tenía innumerables juicios de faltas. Todo el día estaba peleándose con amigos, conocidos, vecinos. La señora estaba obsesionada con que la policía la estaba controlando, que le tenían vigilada la casa y, en un momento del juicio dijo: "me tienen todo controlado, me tienen pinchada hasta la kiss fm". Fue una cosa muy curiosa y que me llamó mucho la atención.

¿Cuál es tu relación con los profesionales del mundo judicial, abogados y procuradores?

La relación es muy buena con todos los operadores jurídicos. Desde que llegué al juzgado, intento que haya un trato cercano tanto con el ciudadano como con los profesionales. Además, se da la circunstancia de que es un partido judicial pequeño y los abogados que vienen a los tribunales son casi siempre los mismos. Intento que, en la medida de lo posible, esa cercanía fluya para mejor entendimiento de todos. Es necesario crear una justicia cercana y que el ciudadano comprenda. Las sentencias se deben expresar en términos claros y sencillos. De esta manera, el justiciable podrá entender los motivos por los que se le da o no la razón. Es una función didáctica que hace el juez. Cada día se puede hacer algo de pedagogía sobre cómo funciona el sistema judicial para acercarlo a los ciudadanos. De esta manera, se contribuye a que la sociedad perciba la Justicia como un servicio público esencial y que constituye la última garantía de los derechos y libertades de los ciudadanos.

¿Y cómo te llevas con los funcionarios?

Con los funcionarios siempre he tenido muy buena relación. He tenido la suerte de trabajar con gente muy capaz, responsable y centrada en lo que toca hacer en el juzgado. Por otro lado, siempre ha habido muy buen ambiente. En un tiempo reciente ha habido muchos cambios motivados por los funcionarios de nuevo ingreso que han solicitado plaza en el Juzgado. Gracias a todos los funcionarios, tenemos un equipo excepcional y el clima de trabajo es muy agradable.

Hay una frase que dice: "No juzgues, si no quieres ser juzgado", ¿te la han dicho alguna vez?

Muchas personas con las que hablo de mi profesión me suelen decir: "¿Cómo puedes hacer esto? Es un trabajo muy difícil". Depende de las habilidades de cada uno, las cosas son más fáciles o más difíciles. Por ejemplo, cuestiones relacionadas con las matemáticas, con los números, algebra, cálculos... personalmente me parecen muy difíciles. En cambio, siempre digo que esta profesión, como todo oficio, se aprende. Hay unos conocimientos que están ahí, que se acreditan a través de la oposición, pero luego la práctica te ayuda a fijarte en las cosas relevantes para dar una solución adecuada a los problemas que se plantean. En efecto, juzgamos personas y sacamos conclusiones acerca de los comportamientos que hacen, si han infringido una norma o han cometido un delito, incumplido un contrato... Es un trabajo que requiere tiempo, conocimiento, prudencia y, sobre todo, saber escuchar.

Alguien, en cierta ocasión, dijo que "a veces" la justicia es la mayor de las injusticias, ¿tiene razón?

La justicia es un elemento indispensable para la sociedad. Todas las personas tienen ese anhelo. Por eso, nos rebelamos enseguida cuando vemos una injusticia. Lo que pasa es que, en ocasiones, culpa de la organización judicial que tenemos que adolece de muchas deficiencias, los ciudadanos no encuentran una solución satisfactoria a sus intereses en los juzgados. Los litigios se ganan o se pierden por muchas variables. Eso forma parte de la normalidad de la Administración de Justicia. Lo importante es que el ciudadano reciba un trato adecuado y respetuoso. Que las vistas se celebren cuando se han señalado con los menores retrasos posibles. Que se pida disculpas si se empieza tarde. Que se ejerza la Autoridad con respeto al ciudadano y a todos los profesionales que vienen al Juzgado. Se requiere también cierta empatía con las personas que van al juzgado preocupadas por algún asunto. Creo que hay que ser conscientes que la justicia es un servicio público y que, por lo tanto, hay que dar lo mejor de uno mismo para que todo discurra por el buen camino.

Y para evitar ese colapso, ¿cuál sería la solución? ¿Más medios? ¿Más funcionarios? ¿Cambiar leyes que, en tu opinión, puedan estar desfasadas?

Se ha hablado mucho del colapso de la justicia. Hay muchos factores que inciden en esta cuestión. En realidad, no puede hablarse de un colapso generalizado de la justicia, sino en determinadas jurisdicciones y, quizá, de determinados juzgados que absorben una mayor carga de trabajo. Hay muchas soluciones. La más evidente es incrementar la plantilla de jueces, fiscales, funcionarios de justicia, forenses, etc. También sería necesario repensar la planta judicial para adecuarla a la nueva realidad de los núcleos de población. Por otro lado, hay factores relacionados con las leyes que aplicamos. Por ejemplo, en el proceso penal, se ha hablado de limitar los recursos durante la fase de instrucción que, en muchas ocasiones, dilatan el procedimiento por cuestiones que, en realidad, se deberían dejar para más adelante en el juicio oral. Es decir, no solo hacen falta más medios, sino una reconfiguración de las leyes.

Sin embargo, estos factores no bastan. Hay que ser conscientes de que somos una sociedad muy conflictiva. En ocasiones, las partes -sobre todo, en los procesos de familia- eluden la responsabilidad de decidir sus asuntos. Prefieren delegar en un tercero (juez) que fije las reglas a las que atenerse. Hay que reivindicar otros medios alternativos de resolución de conflictos, especialmente, la mediación que permite a las partes exponer sus ideas, sus inquietudes y llegar a soluciones pactadas. En los procesos de mediación se sustituye el lenguaje jurídico (¿a qué tengo derecho?) por algo más sencillo: ¿cuáles son mis intereses? ¿qué es lo que quiero? ¿cuáles son las necesidades del otro?.

Por tanto, el colapso de la justicia no deriva necesariamente del número de asuntos que ingresan en los Juzgados, sino de otros muchos factores.

Una de tus funciones, desde hace un tiempo, es dedicarte en exclusividad a los procedimientos por cláusulas abusivas. A día de hoy, ¿cómo está la cosa? ¿Se sigue abusando a pesar de que la justicia, digamos, se ha metido por medio?

Desde que se acordó por el Consejo General del Poder Judicial, ha entrado una avalancha de asuntos relacionados con esta materia. Más del 95% de dichos asuntos han terminado con una sentencia estimatoria para el consumidor. En este sentido, debe hacerse una reflexión de que la justicia está amparando al consumidor declarando nulas aquellas cláusulas abusivas que favorecían a las entidades bancarias.

A pesar de que la jurisprudencia era bastante unánime en esta línea, hasta hace poco tiempo las entidades bancarias no se allanaban a las pretensiones del consumidor. Tampoco han atendido con carácter general las reclamaciones extrajudiciales que se dirigían al banco antes de interponer la demanda.

En cualquier caso, desde la STS de 23 de enero de 2019 sobre el tema de gastos hipotecarios, se ha notado un descenso considerable de asuntos.

A partir del 16 de junio de este año va a cambiar sustancialmente el panorama por la entrada en vigor la Ley de Contratos de Crédito Inmobiliario que va a ofrecer un marco de seguridad jurídica con normas imperativas que protegen al consumidor. Estas reglas imperativas no se podrán cambiar en perjuicio del consumidor lo que creará un escenario más favorable para éste y, de otro lado, evitará la judicialización excesiva que hemos vivido estos años.

¿Aspiras a subir escalones? ¿O eres de esos de "Virgencita, que me quede como estoy"?

Estoy muy contento en el juzgado, con el equipo que tengo y me encanta el tipo de trabajo que hago en lo que se denomina "justicia de pueblo". Un juzgado de estas características -de trinchera como se les suele llamar- te permite aprender mucho de la sociedad en la que vives.

Por otro lado, Menorca también es un sitio muy agradable para vivir, precioso, en el que vive gente muy interesante. En un futuro, sí que me gustaría lógicamente asumir otros retos profesionales, por ejemplo, en una Audiencia Provincial donde los asuntos se deliberan con otros dos compañeros más y así enriquecerte de sus aportaciones y puntos de vista.

Dejemos a la justicia a un lado y hablemos de tu libro "Si no levantas los ojos. Crónicas de un juez optimista". ¿Cómo te vino la idea? ¿Te vino a ti o te lo propuso alguien? ¿Cómo fue exactamente?

Desde finales de 2012 colaboro en el "Diario Menorca" con una columna de opinión que se titula "¿Tiene caldereta sin langosta?". Tras más de cinco años escribiendo, pensé que era una buena idea recopilar en un libro los artículos que me parecían más interesantes. La verdad es que, después de su publicación los domingos, en cierta medida el artículo desaparece para los lectores. Por eso pensé que sería una buena idea hacer una publicación a través de Amazon que cuenta con una plataforma mundial de distribución.

Hablando de Amazon, en dos días prácticamente, el libro se encontraba entre los más vendidos, ¿qué se siente?

Durante los primeros días tuvo una gran demanda y eso me hizo mucha ilusión. Ver tu libro posicionado entre las "Meditaciones" de Marco Aurelio y "La banalidad del mal" de Arendt produce una sensación emocionante. Al margen de las ventas, hay historias relacionadas con el libro que me han hecho mucha ilusión. Por ejemplo, una psicóloga de Málaga puso un ejemplar del libro en su consulta y me ha dicho que, mientras sus clientes esperan, muchos lo han ojeado y les ha gustado. Un profesor de filosofía, ya jubilado, me ha comentado que le hubiera gustado tenerlo cuando daba clases para ayudar a sus alumnos a reflexionar sobre cuestiones de actualidad. El otro día un médico me dijo que un amigo suyo que está sufriendo una dura enfermedad encuentra palabras de optimismo en los relatos que se contienen en el libro.

¿Cómo te vienen las ideas? ¿Cómo se te ocurren? ¿Cuál es tu fuente de inspiración?

Me gusta contar historias. Por eso, todas las ideas que leo por los periódicos, en los libros o en una charla me sirven de pretexto para reflexionar sobre las cuestiones que me interesan. Puede ser un vídeo de un coach en Youtube, un pasaje de una novela o una sentencia reciente. Mi intención es que el lector entienda lo que lea. De hecho, muchas personas me han comentado que le gustan los relatos porque tienen un lenguaje accesible y se entienden las ideas.

¿Te dicen sobre qué temática tienes que escribir los artículos?

De ninguna manera. Puedo escribir de lo que quiera y darle el enfoque que me parezca oportuno. Por eso, la temática de los artículos es tan variada: educación, salud, redes sociales, corrupción, justicia, ecología, etc.

Hablando de redes sociales, y protección que datos que, creo, van un poco a la par, ¿tú crees que existe "de verdad" la protección de datos?

Desde hace treinta años hemos cedido una parte importante de nuestra intimidad. La proliferación de las redes sociales ha provocado cambios sustanciales acerca de lo que consideramos íntimo y aquello que estamos dispuestos a ceder a cambio de publicidad, notoriedad o cualquier otra finalidad que se pueda encontrar en las redes. Creo que es el momento de reflexionar sobre las implicaciones de este nuevo mundo virtual pues, en caso contrario, podemos creer una suerte de "mundo transparente" donde los espacios públicos y privados apenas se diferencien con la consiguiente pérdida de dignidad.

Los artículos que publicas en el diario, en los que se basa el libro, ¿se revisan antes? ¿Se te ha censurado alguna vez? Bueno, se supone que, a día de hoy, la palabra censura no existe

No, ningún artículo ha supuesto ningún problema. Mando el artículo al director y la sección de opinión del "Diario de Menorca". Nunca ha tenido ningún problema.

Pasemos ahora al ámbito literario y de la lectura, ¿qué tipo de género te gusta leer?

Me gustan las novelas negras. Quizá está relacionado con el trabajo en un Juzgado de Instrucción donde investigamos para saber qué ha pasado. He leído bastantes novelas negras y siempre he disfrutado con ellas. Henning Mankel, Dashiel Hammet, Stieg Larsson, etc.

Últimamente, también disfruto mucho con ensayos que reflexionan sobre cuestiones controvertidas que nos pasan en el mundo actual. Ahora estoy terminando un libro maravillo de Michael J.Sandel que se llamada "Lo que el dinero no puede comprar" en el que analiza cómo el mercantilismo ha ido ocupando espacios que antes considerábamos sagrados y no podían someterse a las reglas de mercado. Es un libro muy bien escrito que reflexiona sobre estos cambios culturales a través de ejemplos concretos lo que me parece muy didáctico. Por eso, ha tenido tanto éxito.

¿Recuerdas cuál fue la primera novela que leíste?

La primera novela que leí y que marcó en cierta medida el hábito de la lectura fue "El mundo de Sofía" de Jostein Gaardner. Un libro muy interesante y que recomiendo para acercarse a la filosofía.

¿Algún libro o autor que te haya marcado?

Sin duda, Arthur Rimbaud. Me parece apasionante su historia personal, cómo se convirtió en un poeta genial que sentó las bases de una nueva forma de escribir y cómo, años más tarde, dejó aparcado todo aquello para irse a África. Su libro "Una temporada en el Infierno" es una joya por la riqueza de su vocabulario lleno de simbolismo.

¿Qué libro o autor recomendarías?

Más que recomendar a un autor en concreto, mi recomendación es simplemente leer. Da igual si son novelas, ensayos, comics, periódicos o revistas de divulgación. Lo importante es abrir nuestra mente con las palabras escritas por otros. Conocer otros mundos. Aprender a pensar de forma diferente. Ésta es precisamente una de las historias que aparecen en el libro con el título "Más libros, más libres".

Hace unas semanas salió la noticia de un juez que había dictado una sentencia a un chaval obligándole a leer un libro. ¿Algún día veremos a Fernando obligando a leer, o incitando a leer en una sentencia?

Me imagino que esa sentencia sería del Juez Calatayud. Los jueces de menores tienen un abanico de posibilidades mucho más amplio que el que tiene la justicia de mayores. La justicia de menores está basada en la reeducación del menor, básicamente, para que comprenda el daño que ha causado a la víctima y a la sociedad con el delito que ha cometido. El Juez Calatayud ha dicho que todavía se sigue encontrando con jóvenes que no tienen la ESO, que apenas han leído nada en su vida. Eso es un problema grave al que debemos prestar especial atención si no queremos que esos jóvenes comenten otros delitos en el futuro. Ya lo decía Pitágoras: "Educad a los niños y no será necesario castigar a los hombres".

Muchos de los comentarios a ese artículo eran que se le había obligado a leer un libro en concreto. Consideraban que era buena idea, pero que leyera lo que él quisiera.

Desconozco el delito que había cometido el menor y cuál era el sentido del libro. A lo mejor, el libro estaba relacionado con la conducta del menor y le permitía extraer una lección moral acerca de por qué no debía hacer esto o aquello.

Según tú, ¿cuál es ese libro o autor de obligada lectura?

A mí me gusta mucho Michel Houllebecq. Es un escritor francés que disecciona muchos de los problemas que tiene la sociedad contemporánea relacionados con las relaciones familiares, la soledad, la depresión, el consumismo, el multiculturalismo, etc. Cualquiera que desee ver con otros ojos lo que nos está pasando merece leer alguna de sus novelas. De hecho, el último párrafo de la novela "Las partículas elementales" aparece en el artículo "Si no levantas los ojos" que da título al libro que acabo de publicar.

¿Te atrae el gusanillo de escribir una novela de ficción?

Sí que me gustaría. Tal vez más adelante, cuando tenga tiempo y consiga ordenar algunas ideas. Creo que me gustaría escribir una novela negra ambientada en Menorca.

Si se publicara una novela basada en tú vida, ¿qué género sería?, ¿sería novela negra?

Una historia de emoción, de asumir nuevos retos, de superación y que pretende indagar un poco más allá de la apariencia.

Ahora, para acabar, unas preguntas tipo test:

Color favorito: Azul

Playa o montaña: Playa

No sales de casa sin: El móvil

Tu comida preferida: Cocido madrileño

Manía confesable: El orden

Si tuvieras ocasión, ¿con qué personaje histórico te gustaría mantener una buena charla?

Más que con un personaje, me quedaría con un filósofo rumano que vivió la mayor parte de su vida en Francia. Se llama Emil Michel Cioran por sus interesantes reflexiones sobre el sentido de la vida.

¿Y con algún escritor?

Quizá J.R.R. Tolkien. Las novelas de "El Señor de los Anillos" me acompañaron durante la adolescencia. Siempre disfruto viendo las películas que adaptaron el clásico del escritor.

Muchísimas gracias, Fernando, por haberme brindado la oportunidad de mantener esta charla tan interesante. Espero que la vida te trate "con justicia", porque, de verdad, que te lo mereces.